Sí, antes de que llegara al piso, este era el pie de una bonita lámpara de Ikea.
Ahora ya no es tan bonito...
La verdad que no se cómo conseguí romperlo. Intenté arreglarlo con pegamento, así en plan McGyver, pero no bastó. Así que hubo que recurrir a métodos más tradicionales: el celo.
Ahora me pregunto... nos dejarán los de la agencia abandonar así el piso???
Mañana prometo foto del tendedero, la segunda víctima.
Y pasado, el pub, que no ha sido víctima mía, ya estaba roto cuando llegamos, pero que también ha sucumbido a los encantos del celo. Envidioso!
Hoy ha vuelto el sol a Londres, pero no os confundais, aquí eso no es señal de "mejor tiempo", sino que trae un frío que te mueres.
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